BALI, Indonesia (CNN) — Aprender sobre
Shakespeare bajo el techo de paja de un edificio construido completamente de bambú es parte de las experiencias únicas de la
escuela verde en Bali, Indonesia, pionera en su estilo.
Hardy –quién se retiró de dirigir un exitoso negocio de joyería en el 2007– se horrorizó al ver en la pantalla de cine cómo
el cambio climáticopuede afectar a sus cuatro hijos. Es por esto que Hardy decidió dedicar el resto de su vida a hacer lo que esté en sus manos para ayudar al ambiente.
En la
Escuela Verde, estudiantes desde kinder hasta el octavo grado, obtienen de acuerdo a Hardy, una "educación holística" completa, con un énfasis especial en el
medio ambiente.
Su objetivo es
reducir la huella de carbono, lo que significa, plantar vegetales orgánicos en el jardín de la escuela, y cocinar con biogas, usando los desechos provenientes del ganado.
La electricidad es generada por un remolino hidroeléctrico y pronto instalará
paneles solares, aumentando así la calidad ambiental de la escuela.
Sin embargo, Hardy también tiene sus críticos.
La Escuela Verde es un plantel internacional con una colegiatura elevada (desde casi 6,000 dólares hasta 13,000 dólares por año). La mayoría de sus alumnos son extranjeros, solo un 20% de los inscritos son de Indonesia, de los cuales la mayoría entraron gracias a una beca escolar.
"No hemos tenido éxito atrayendo a los padres locales", asegura.
A pesar de esto, la escuela se está expandiendo. Cuando abrió en el 2008, tan solo tenía 98 alumnos. Este año esperan matricular a 300 estudiantes.
La visión de Hardy ha madurado desde que vio la película de Al Gore. Dice que la Escuela Verde es solo el inicio de lo que él espera sea una comunidad completamente verde.
A casi un kilómetro de distancia, Hardy está creando una villa verde.
"Tener que transportar a niños en autos o transporte público cada mañana es realmente estúpido", acota, "si los niños viven en la Villa Verde –que está a 900 metros de la escuela– podrán caminar hasta la institución".
Hardy ya cuenta con ayuda para desarrollar esta propuesta habitacional, se trata de su hija Elora, de 30 años. Elora decidió renunciar a un importante trabajo como diseñadora gráfica en Nueva York para sacarle provecho a sus habilidades en Bali.
Tal como la Escuela Verde, estas casas son construidas en su mayoría de bambú.
"Desde el punto de vista de los recursos, el bambú es una fuente bastante ecológica", acota Elora Hardy, "y pienso que los espacios que estamos construyendo impactarán en la conexión que sentirá la gente con la naturaleza una vez que estén dentro de las edificaciones".
Algunas de estas casas pueden costar hasta medio millón de dólares, y la mayoría están siendo compradas por familias con poder adquisitivo, las cuales tienen a sus hijos asistiendo a esta escuela. Las familias han decidido cambiar su vida citadina por una vida más ecológica.
Hardy se siente orgulloso de que su hija decidió unirse en lo que él describe como "una aventura espectacular".
"Debemos desarrollar un sistema sustentable y un lugar sustentable, para que nuestros nietos puedan decir: 'ok, estabamos en camino al abismo, pero papá, mamá y nuestros abuelos tomaron buenas decisiones. Ahora… todo luce mejor'".